By Nexus
La Navidad tiene esa capacidad única de hacernos volver a lo esencial… aunque a veces lo haga a golpe de villancico repetido y debates eternos sobre si el árbol va antes o después del puente. Más allá de las tradiciones de siempre, estas fechas esconden costumbres curiosas alrededor del mundo que nos recuerdan que celebrar, al final, es una forma de conectar.
Por ejemplo, en Japón, la Nochebuena se ha convertido en un auténtico homenaje al pollo frito. Desde los años 70, miles de familias reservan con semanas de antelación su menú navideño en una conocida cadena de comida rápida. No hay pavo, pero hay planificación estratégica, que también es muy corporativo.
En Noruega, en cambio, la tradición manda esconder las escobas la noche del 24 de diciembre. ¿El motivo? Antiguamente se creía que los malos espíritus podían robarlas para volar. No sabemos si funciona, pero como medida preventiva tiene su encanto… y su claro enfoque en la gestión de riesgos.
Y si hablamos de tradiciones singulares, en Ucrania los árboles se decoran con telarañas brillantes como símbolo de buena suerte y prosperidad. Una metáfora bastante acertada: todo éxito requiere una buena red.
Más cerca, en Valencia, la Navidad se vive con especial mimo por los detalles. Los belenes monumentales toman plazas y mercados, convirtiéndose casi en proyectos de gran formato, y en las mesas no faltan clásicos como el turrón de Jijona o el de Alicante, que juegan en la liga premium de los imprescindibles navideños. Tradición, producto local y orgullo de origen: una combinación ganadora.
En Nexus, creemos que la Navidad es precisamente eso: una red de personas, encuentros y pequeños gestos que dan sentido al trabajo bien hecho durante todo el año. Por eso, en esta Nochebuena, queremos detener el ritmo, aunque sea un momento, y desear que la cena sea larga, la conversación sincera y las risas inevitables.
Y en esta Navidad, más allá de tradiciones curiosas o costumbres locales, desde Nexus os enviamos nuestros mejores deseos de felicidad, ilusión y paz.
Feliz Navidad. Y recordad: si algo sale improvisado, probablemente acabe siendo tradición.
